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Científicos de la Universidad de Monash (Australia) cuestionaron la idea de que beber, como mínimo, ocho vasos de agua al día sea saludable. Realizaron un estudio que fue publicado en la revista oficial de la Academia Nacional de Ciencias de EEUU, en el cual sometían a una resonancia magnética a los participantes para observar los procesos que ocurrían en el cerebro humano ante dos situaciones: Beber agua solo cuando era estrictamente necesario, es decir, beber cuando tenían sed; o beber 8 vasos de agua diariamente como norma ineludible.

Los resultados fueron que ante la posibilidad de una hiperhidratación, el cerebro humano activa un mecanismo llamado "inhibición de ingesta", el cual consiste en la resistencia al cuerpo a seguir siendo hidratado a pesar de no existir necesidad de hacerlo. 
Los participantes tardaron tres veces más en ingerir el agua cuando lo hacían como norma que cuando lo hacían por necesidad hasta quedar saciados. Beber más agua de la que el cuerpo necesita puede ser mortal. Podría provocar hiponatremia, un trastorno hidroelectrolítico que se caracteriza por una concentración de sodio en sangre demasiado baja. Un proceso que causa desde letargo y náuseas hasta convulsiones e incluso el coma, según los investigadores. "Si simplemente hacemos lo que nuestro cuerpo nos exige, probablemente lo haremos bien. Tenemos que beber según la sed que tengamos, en lugar de hacerlo por un calendario elaborado", explicó Michael Farrell, uno de los autores del estudio.