Gentileza.

“Todas las compañías farmacéuticas piden estas cláusulas y es por ello que necesitamos estas herramientas”, dijo Mazzoleni. 

Entre las cláusulas requeridas por las productoras de las vacunas se encuentran la confidencialidad del contrato, la condición de realizar demandas solo ante organismos internacionales y no locales.

Además, las disposiciones de las farmacéuticas establecen que se eximen de toda responsabilidad y cuentan con inmunidad patrimonial, en caso de que se produzcan efectos colaterales. Mazzoleni explicó que estas exigencias se dan debido a que las vacunas se encuentran en fase experimental, por lo que no cuentan con el registro sanitario correspondiente.

“La situación de estas vacunas es que no han completado el proceso para recibir el registro sanitario convencional, sino que tienen un permiso de uso extraordinario; entonces, buscan no hacerse cargo de las indemnizaciones. Lo que tiene que ver confidencialidad apunta a proteger los resultados de los ensayos o la negociación de los precios y también el secreto sobre la fórmula”, sostuvo. 

“No descartamos ningún mecanismo de compra, pero la prioridad siempre la tendrá la negociación directa”, acotó. 

“Si sumamos a intermediarios, será más caro, porque el sector privado tiene su estructura de costo. Es por ello que priorizamos las conversaciones directas con las compañías farmacéuticas, cuando negociamos por fuera del mecanismo Covax”, refirió.