La VoZ digital | Incertidumbre en Bolivia por escasez de la vacuna rusa

2021-08-06 | 21:28

PANDEMIA

Incertidumbre en Bolivia por escasez de la vacuna rusa
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Imagen ilustrativa. GENTILEZA Imagen ilustrativa. GENTILEZA
"Necesitamos la segunda dosis", es el grito de miles de bolivianos. Más de 170.000 bolivianos están en vilo frente al peligro de una posible cuarta ola de Covid 19 debido a la falta de la segunda dosis de la vacuna rusa Sputnik V para completar su esquema de inmunización. Muchos de ellos han salido molestos a peregrinar sin éxito en los puestos médicos buscándola, tras haberse cumplido los 90 días desde su primera inoculación. El Gobierno sostiene que lucha por abastecer los puestos con el medicamento ante la impaciencia de la población.

El presidente boliviano Luis Arce ha dado mensajes contradictorios frente al problema: primero minimizó la falta de esas vacunas provocando más críticas y reclamos y luego habló directamente sobre el tema con su par ruso, Vladimir Putin, aunque sin conseguir una respuesta inmediata para quienes exigen la segunda dosis desde la última semana de julio.

Una de esas personas es Ivette Arellano, de 57 años, que debía recibir la segunda dosis el domingo 1 de agosto y está agobiada porque tiene problemas de salud y requiere aumentar su protección cuando el país parece salir de la tercera ola y está en alerta ante una posible cuarta ola y por la aparición del primer caso local de “hongo negro” en un enfermo de Covid-19.

“No sé la verdad a qué me voy a atener. Yo tengo problemas de salud. Me tengo que operar y por esta vacuna he esperado 90 días. Ahora me encuentro en una situación en un hilo colgando, que no sé a dónde me voy a dirigir”, dijo a France 24, Arellano que había recorrido, según contó, varios puestos médicos reclamando su segunda dosis.

La mujer, que fue entrevistada a las puertas de la universidad estatal de La Paz, consideró que no es justo que las personas de la tercera edad que atendieron al primer llamado hecho por el Gobierno a vacunarse con la Sputnik V entre abril y mayo ahora queden en la incertidumbre. 

“Es algo ilógico haber comprado la primera sin prever la segunda”, cuestionó al pedir que todas las personas afectadas se movilicen para exigir la importación de esa vacuna. 

También es el problema de Eddy Gonzales, de 63 años, quien buscaba la segunda dosis del inmunizante ruso en la Facultad de Medicina de La Paz. El mayo pasado le pidieron volver el lunes 2 de agosto, pero ahora no le dejaron pasar la reja de entrada porque no tenían la vacuna.

“Necesitamos la segunda dosis para poder realizar los trabajos que tenemos con más normalidad y tranquilidad, para no estar con el peligro de que nos podamos contagiar”, sostuvo. Gonzales pidió que le administren otra vacuna compatible con la Sputnik V, como se estudia en otras latitudes.

Rusia debía haber enviado a Bolivia en julio unas 200.000 segundas dosis, pero despachó algo más de 25.000 que se acabaron en la tercera semana de ese mes, lo que generó que los jubilados bloquearan algunas calles alrededor de los centros de vacunación para exigir una respuesta oficial.

La efectividad de la primera dosis llega a 180 días, según el Ejecutivo

El Gobierno boliviano aceptó las explicaciones de Rusia de que la causa del retraso son los propios problemas de rebrote entre los rusos por la variante Delta, lo cual impide al fabricante ruso exportar el inmunizante. Además, hay una escasez de un componente médico para la fabricación de la segunda dosis, diferente a la primera.

Así lo señala un comunicado de La Paz a propósito de la conversación entre Arce y Putin, documento que también indica que estudios científicos realizados en Rusia y Argentina “reportan que el componente 1 de Sputnik V tiene una alta efectividad inmunizante que no disminuye inclusive tras 180 días, lapso que fue fijado como intervalo máximo entre dosis”.

Precisamente, las autoridades bolivianas han argumentado que quienes recibieron la primera dosis hace más de 90 días todavía cuentan con una protección por otro lapso similar, pese a que en abril solo habían mencionado oficialmente un plazo de tres meses.

Al presidente boliviano se le cuestionó desde las asociaciones de jubilados y de la oposición porque el pasado 26 de julio intentó minimizar la falta de vacuna rusas señalando que solo representaban el 25 % del total de inmunizantes que llegaron al país, por lo que no era correcto afirmar que estaba “en riesgo” el plan de vacunación, ya que Bolivia cuenta con otras marcas de vacunas.

Arce fue vacunado con la primera dosis de la Sputnik V el 24 de mayo y, según la programación inicial, su segunda dosis debería ser administrada en la misma fecha de agosto.

Tras su conversación con Putin, los medios bolivianos se hicieron eco este miércoles de anuncios provenientes de Moscú de que el Fondo Ruso de Inversiones Directas resolverá este mes de agosto los problemas de provisión de la segunda dosis que ha afectado a varios países, entre ellos también Argentina, donde además se producen las primeras dosis de la marca.

Desde el Ministerio de Salud han señalado que, además, se analiza con ese fondo ruso y equipos científicos argentinos la posibilidad de combinar vacunas.

Polémicas por la posible de combinación de vacunas o reanudación desde cero

La Confederación Nacional de Jubilados y Rentistas tildó en un comunicado de “criminal” el manejo de la vacunación por la falta del inoculante ruso y protestó ante la posibilidad de que el sector se convierta “en objeto de experimentación por la mezcla de vacunas” para completar el proceso de inmunización para quienes requieren el segundo componente de la Sputnik.

El presidente del Colegio Médico de Bolivia, Luis Larrea, dijo a France 24 que no hay estudios científicos sobre la combinación de vacunas con la Sputnik V, por lo que el Gobierno debe hacer estudios de cuantificación de anticuerpos en quienes no recibirán la segunda dosis para ver si se les puede aplicar otro plan de vacunación desde cero con el propósito de protegerlos.

Larrea también cuestionó que el instituto ruso Gamaleya originalmente haya señalado que la segunda dosis debía aplicarse a los 21 días de la primera, pero que luego en abril ampliará el intervalo en 90 días y ahora, a 180 días.

“No se puede jugar con la salud porque no hay estudios certificados sobre este tema”, sostuvo.

A su turno, el virólogo Roger Carvajal, uno de los expertos bolivianos más requeridos sobre el tema, dijo a este medio que están pendientes de un estudio argentino sobre las posibles combinaciones de vacunas y abogó para que quienes no tienen la posibilidad de recibir la segunda dosis se adscriban a los “protocolos científicos” para aceptar la combinación de vacunas.

“Eso de que no quieren ser ‘conejillos de indias’ es un criterio un poco retrógrado”, dijo Carvajal.

El especialista agregó que el incumplimiento de los plazos es algo que “espanta” a la gente, pero no tanto a los inmunólogos porque saben que si hay una reducción de anticuerpos, el organismo puede dar una respuesta “inmune celular” frente las células infectadas.

“No será grave si la gente se cuida, hace el distanciamiento social, usa barbijo, tiene buena nutrición y así es menos probable que esté sometida al riesgo que significa la reducción de anticuerpos”, apuntó Carvajal.

Los gobiernos de Bolivia y Rusia tienen varios proyectos en común, incluso en el desarrollo nuclear, pero su afinidad ideológica no ha evitado que miles de bolivianos queden en la incertidumbre cuando se teme una eventual cuarta ola del Covid 19.

Desde su inicio, la pandemia ha contagiado a 476.795 bolivianos y le ha costado la vida a 17.935. La vacunación con dos dosis de diferentes marcas ha alcanzado a 1,7 millones de personas y con una sola vacuna a 2,9 millones, de una población total de más de 11 millones de habitantes.

 

 

 

Fuente France24