La VoZ digital | "Molly", desde China a los exclusivos clubes de Miami

2016-03-08 | 10:00

LA NUEVA DROGA SINTÉTICA EN ESTADOS UNIDOS

"Molly", desde China a los exclusivos clubes de Miami
103

Las distintas presentaciones de la droga Las distintas presentaciones de la droga "Molly", que comenzó a tomar los más grandes clubes de Estados Unidos.
Un hombre fue encontrado culpable de importar drogas de diseño desde China para su consumo en Florida. Se trata de un nuevo circuito en el tráfico de drogas sintéticas hacia Estados Unidos.

Un juez federal halló culpable a Mario Melton, de 30 años, acusado de importar a Florida a través de un negocio familiar de transporte de carga drogas sintéticas desde laboratorios chinos, según informó el diario Miami Herald, publica Infobae.

El hombre, aspirante a abogado de una universidad del estado de Florida, fue también la pieza maestra de una red de distribución sin precedentes en la historia de la ciudad de Miami, involucrando a dos ex soldados, entre otros pintorescos personajes.

Melton parecía destinado a un futuro en libertad. Además de estudiar derecho en la Universidad de St. Thomas, estuvo a la cabeza de una start-up dedicada a la comercialización de una bebida energética llamada Dolce Shot. Nada de eso prosperó, así que fue el tráfico de drogas con lo que Milton logró el éxito y conocerá ahora la cárcel.

El producto estrella es una droga de diseño importada de China llamada Molly. Detrás de ese nombre, se esconde una potente mezcla de químicos, que imita los efectos del MDMA, especialmente popular entre los jóvenes. La importación de drogas desde el país asiático es, en apariencia, un modelo de negocios de moda en Florida, y antes de Melton, las autoridades ya habían perdido tres casos en los que habían intentado condenar a importadores.

Pero Mario Melton fue un eslabón importante y necesario de una cadena que además incluyó ex soldados del Ejército norteamericano, taxi boys, actrices porno y una ingeniería comercial al servicio de la industria de las fiestas en Miami. Como sucede muchas veces, la clave que permitió a las autoridades dar con el negocio fue una simple pelea de pareja, según reseña Miami Herald.

Jorge Hernández y Matthew Anich habían sido soldados. Abandonada su carrera castrense y dedicados mayormente al fisicoculturismo, ambos habían montado una red de distribución de la droga Molly a través de strippers y mujeres jóvenes, que vendían las pastillas, recogían los paquetes o hacían giros de dinero.