Copia de la investigación de Zeta publicada en su edición impresa de marzo revela el manejo discrecional de recursos en el Instituto de Previsión Social (IPS).

Reproducción de la nota de Zeta en la que observa al titular de IPS, Benigno López y sus consejeros en una relajante ronda de whisky, mientras los asegurados pasan un verdadero calvario en la previsional.

Solo pensar que unos ocho secretarios privados (entren ellos asistentes) y sin profesión se llevan al mes más de G. 52 millones de las arcas del IPS es una fantochada. El mal uso de esta plata, que en realidad es de los asegurados, es una bofetada para varios médicos cirujanos del ente que apenas alcanzan el mes y deambulan mendigando por los pasillos a familiares de pacientes debido a la precariedad en quedesarrollan su trabajo.

Algunos secretarios y asistentes privados del IPS cobran mensualmente “generosa” cantidad de dinero. Pudimos constatar que entre los que más plata embolsan figura Ramón Maciel (ingresó en el año 2015), quien se desempeña como secretario privado nombrado dependiente del Consejo de Administración con una remuneración de G. 7.283.640 incluyendo dos beneficios.

Al realizar un comparativo con las remuneraciones de un médico cirujano, encontramos que en el IPS se valora más a personas sin profesión y no a quienes de verdad “mojan la camiseta” ya que como apreciamos en la fotografía, la doctora Cintia Cálcena Torres (ingresó en el año 2009) cobra una remuneración neta de G. 4.681. 272. La Dra. Cálcena es nombrada por el IPS, no cuenta con ningún beneficio y es profesional.

Otra de las privilegiadas del Consejo del IPS es Fabiola Rodríguez, quien percibe un sueldo de G: 4.441.923; Bonificación por antigüedad, G. 132.660; Bonificación por responsabilidad, G. 1.000.000; Remuneración extraordinaria, G. 550.308; Otros gastos del personal, G. 2.561.997 (no especifica) y en concepto de Subsidio Familiar la suma de G. 91.203. De acuerdo a la nómina de funcionarios del Instituto de Previsión Social (IPS), el Consejo de Administración cuenta con ocho secretarios privados, entre ellos asistentes de los mismos, quienes cobran entre G. 4.500.000 a G. 8.000.000 aproximadamente.

Mientras el presidente del IPS privilegia a ciertos funcionarios, los hospitales se caen a pedazos. El IPS es un sinfín de males de ya que su presidente y consejeros disfrutan de whisky “en las rocas” mientras los edificios en ruinas se llevan hasta las esperanzas de los asegurados.

Los pacientes manifestaron a la redacción de Zeta Investiga que las quejas son cosa de todos los días, ya que deben soportar malos tratos de enfermeros, médicos y administrativos sumados a las largas horas de espera para ser atendidos con el agregado del intenso calor, los cortes de energía, la falta de ventilación, etc.