Críspulo Sotelo, comandante de la Policía Nacional, durante una visita a la sede de la FBI, en Estados Unidos.

Los "socios" de Ibar Pérez Corradi en el tráfico de efedrina, Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, quienes fungían de empresarios farmacéuticos, entraron en contacto con otros grupos mafiosos que le pagarian mejor por los trabajos. A raíz de ello, Corradi entra en sospechas y decide eliminarlos con la ayuda de los hermanos Lanatta y Schialacci, abandonando sus cadáveres en un bosque.

Ahí empieza la fuga de Pérez Corradi, que duró por lo menos otros seis años (desde 2010) pasando por Asuncion, Ciudad del Este, Pedro Juan Cabllero. Era protegido, ya que era buscado por la INTERPOL y la misma Policia Federal. El último rastro es que en febrero de este año fue detenido en Cudad del Este, sobornó a unos policías corruptos al servicio del comandante Críspulo Sotelo, y a cambio de una suma mensual les daban protección negando su existencia mientras vivía en el Hotel Parana Country Club.

Los autores del asesinato de los tres empresarios huyeron de la cárcel hace tres meses y se reanudó la búsqueda de Corradi, sabiendo que en algún momento iban a encontrarse. La Policia local y regional de Argentina se encargaron de ocultar los rastros de los fugitivos y daba señales equívocas que estaban en Rio Gallegos en el Sur, mientras en realidad querían cruzar la frontera paraguaya en una avioneta que no apareció el dia señalado.

El grupo táctico HALCON, de la Policía Federal Argentina, rastreó comunicaciones, mails, mensajes, y ubicó a Corradi en Ciudad del Este. Se armó un silencioso operativo para detenerlo o secuestrarlo, (incluso matan a sus dos perros), pero se da cuenta de la maniobra y "escapa" a pesar de haber sido ya identificado. Esto ocurrió en febrero último.

La Policia paraguaya de la zona negó conocerlo, y le dio escape ocultándolo hacia el interior. Tanto es así que el propio canciller Loizaga le dijo a su par Malcorra de Argentina, que se había tratado de un error, y que Pérez Corradi jamás estuvo en el lugar.

Según las fuentes, el propio comandante de la Policía, Críspulo Sotelo, habría ordenado la liberación del criminal más buscado en el vecino país. El caso trascendió con más fuerza luego de que se descubriera que Pérez Corradi consiguió documentos paraguayos falsos, mediante una rosca policial corrupta.

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