Viñas Cue sigue siendo una caja de Pandora difícil de abrir.

A pesar de que la Justicia Militar abrió un sumario interno para deslindar responsabilidades, Moral permanece activo en su cargo, en tanto que las supuestas víctimas siguen a merced del alto pope.

Ante este tipo de escenarios, lejos de buscar salvaguardar la integridad de los denunciantes se ha venido manoseando la investigación que no da muestras de transparencia y mucho menos garantías para los subalternos del mayor.

Tal es así que continúan las “visitas de cortesía” en la prisión militar. Primero fue el Defensor del Pueblo, Rafael Ávila, quien recorrió el lugar y “verificó” todo lo referente a la insalubridad alegando que la cárcel por poco no era el modelo a seguir.

En la semana que pasó, otra comitiva compuesta por miembros del Ministerio de Defensa y la comisión de Derechos Humanos de las FF.AA, también acudió al recinto. Hicieron lo mismo. Recorrieron la prisión, observaron la limpieza y según fuentes, intentaron entrevistar a los suboficiales que denunciaron los maltratos psicológicos, verbales e incluso arrestos arbitrarios, frente a Flor y a Moral, algo cuanto menos ilógico y poco serio.

¿Quién en su sano juicio se expondría a mandar al frente a sus jefes, sin ningún tipo de garantía? Se prevé que el Mecanismo de Prevención de la Tortura (MNP) eleve su informe esta semana a las Fuerzas Militares, buscando que se haga una intervención seria y no dando lugar a inspecciones inútiles.