La VoZ digital | Haland y su karma con la selección

2023-10-16 | 08:52

Eurocopa

Haland y su karma con la selección
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GENTILEZA GENTILEZA
Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en Telegram Compartir en Whatsapp Enviar por email 194 Mostrar comentarios Erling Haaland no dio la talla. Su selección, tampoco. El delantero noruego se encuentra en una situación que le empieza a ser conocida y es la de tener vacaciones de verano antes de lo que quisiera. Pese a esa reconocida calidad de algunos de sus compañeros, el combinado nórdico prácticamente tiene imposible lo de acudir a la cita alemana de los meses de junio y julio de 2024.

Durante todo el partido, Haaland dio muestras de sentirse incómodo, fuera de lugar. Tan solo pudo disparar a puerta en una ocasión y fue tras un 'pase' de Fran García. No paró de gesticular cuando alguno de los suyos fallaba un pase o no veían cuando tiraba uno de esos temidos desmarques, esos de los que Le Normand se encargó de frenar en seco durante la primera mitad.

No encontró la manera de superar la defensa española y solo encontró refugio en el choque y hasta en la provocación al ir en busca del rival español de turno, que no cayeron en provocación alguna con los gestos del noruego. No podía con la marca de los centrales, ni con las curiosas ayudas de Gavi y Carvajal y su desesperación fue en aumento.

Sus movimientos buscando el espacio fueron frenados por un "buen trabajo defensivo de todo el equipo" como dijo De la Fuente. El acierto de la selección española fue llevar al límite a la referencia noruega y del que se habla como el mejor rematador del mundo, pero al que ante una buena España no pudo sacar el cañón a pasear. Su medias de tres disparos por partidos con la selección, pero en esta ocasión se quedó en una, mientras que su acierto en el pase se quedó en el 60 por ciento.

 

Lo único que se llevó de España fue la camiseta de Fabian, con el cual la cambió nada más terminar el partido. Cierto es que ya con la clasificación española sellada fue despidiéndose uno por uno de todos sus compañeros y de los jugadores españoles con los que se encontraba sobre el césped, eso sí, como con prisa.

Así abandonó también el Ullevaal estadio. Corriendo, con la mirada perdida. Lo hizo cargado de dos bolsas de plástico, sin hablar, como queriendo no cruzarse con nadie y desmarcándose de todo el mundo, muy parecido a su estilo de juego.

 

 

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