La VoZ digital | Venezuela: Las paradojas de los resultados versus el discurso

2016-11-01 | 12:33

EL DESCARGO DE UN VENEZOLANO

Venezuela: Las paradojas de los resultados versus el discurso
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La política de Maduro trajo mucha censura económica a Venezuela, pobreza y hambre que genera hoy el levantamiento del pueblo. La política de Maduro trajo mucha censura económica a Venezuela, pobreza y hambre que genera hoy el levantamiento del pueblo.
A la Voz Digital llegó el artículo del ciudadano venezolano, José Moros, que motivado por la situación critica de su país, decidió hacer de público conocimiento su descargo y su repudio hacia el sistema.

Si tomamos cualquier discurso de Chávez desde sus inicios, veremos que el contenido era totalmente coherente, pues el análisis de los motivos de los principales problemas del país giraban en torno a la inefectiva gestión del Estado, la escandalosa corrupción, etc.
Sabemos que lo más triste es que ese inventario de problemas se agudizó y por si fuera poco, se agregaron otros nunca antes vistos o experimentados en Venezuela.
Pero de todos los discursos que vendió Chávez, ninguno como el del famoso "Capitalismo Salvaje", origen de los peores males.
Pero, casi dos décadas luego del ingreso formal del chavismo en la política y su acceso al poder, resulta que la revolución para los pobres, la que acabaría con el capitalismo salvaje, nos presenta dos monstruosos resultados: Con inéditas muestras de salvajismo, cinismo y caradurismo existen ahora
Boliburgueses: Nuevos multimillonarios salidos de la nada o producto de "enchufados" quienes, siendo ya ricos, enseñaron a los recién llegados al poder cómo era la vaina y cobraron sus aportes.
Luego, surgido de las clases más humildes, vimos cómo la corrupción es cuestión de equipaje moral y no de condición social, pues el "bachaquero" emerge de quienes tuvieron acceso privilegiado a productos escasos para que hicieran una distribución justa entre sus vecinos, muchos de toda la vida. Pero ante sus ojos y sin el menor atisbo de pudor, tomó ventaja y estableció un verdadero pero jamás imaginado sistema salvaje, ganando sumas inimaginables sólo por ser puesto "donde había".
De todas las tragedias sociales, es tal vez ésta la de peores consecuencias, que mostró que el corrupto no depende de estrato sino de su condición como tal y nos obliga a vernos frente al espejo cada día y desconocernos como un gentilicio apátrida, para usar uno de los propios calificativos del extinto comandante.
Henos aquí entonces, rodeados de corruptos desde abajo hasta arriba, escondidos detrás de un supuesto partido y una cacareada revolución, apoyados por otros a quienes se les confiaron las armas de la república como garantes de que, de ser necesario, las usarían para hacer cumplir la constitución y demás leyes pero que forman parte de la gavilla que nos gobierna.
La única pregunta que cabe ahora y de cuya respuesta depende nuestro futuro republicano es si dejaremos que esto termine de convertirse en Sodoma y Gomorra o hallaremos la forma, con Dios como guía, de hacer un exorcismo para liberar nuestra patria de estos espíritus malignos y que su reino vuelva a imperar para nunca más dejarnos.

Si analizamos todos los regímenes dictatoriales, en sus postrimerías, tienen elementos comunes: 1. Cometen las peores violaciones a DDHH y al ordenamiento jurídico.
2. Amenazan e intimidan a la población con fuerzas represivas para tratar de neutralizar movimientos de masas.
3. Son objeto de procesos internacionales que ya no pueden, ni que quieran, dejarlos actuar de espaldas a convenciones legales.
4. Comienzan los funcionarios o exfuncionarios de alta jerarquía a abandonarlos e incluso a colaborar con instancias internacionales para tratar de salvarse.
Estos elementos están presentes en nuestro país...
Pero hay otros indicios preocupantes que consisten en acciones desesperadas, caóticas, de la población, que pueden terminar en anarquía y violencia que, Paradójicamente,  oxigenan al sátrapa para justificar más violencia o salir exiliado como víctima, sin entregar cuentas y eludiendo la justicia de su patria aduciendo desde el exterior que no tendrá un juicio justo.
Es por esto que 
A. Todas las acciones que parecían pérdida de tiempo ante instancias internacionales toman un valor vital para hacer justicia.
B Por más desprestigiados y por dudas acerca de sus actuaciones, los partidos políticos de oposición tienen un deber, una obligación, de canalizar el descontento y procurar que su peso específico incline la balanza de los acontecimientos hacia donde se requiere del lado correcto, a su favor y no dejando se desboquen dándole excusas a los esbirros capaces de las más bárbaras y atroces acciones.
Esperemos que quienes se dicen líderes y a quienes hemos permitido liderar el movimiento opositor tengan plena compresión y talante que exige el momento.