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Estados Unidos lanzó a “la madre de todas las bombas” en el escondite yihadista del ISIS en Nangarhar, Afganistán, para destruir túneles de los terroristas que amenazaban a sus tropas en el terreno.

Los yihadistas del ISIS (minoría dentro del movimiento islamista que se basa en la utilización de la violencia con el fin de crear el Estado islámico ideal), han intentado ampliar su dominio territorial hacia la provincia de Jorasán.

La región es conocida ya que en ella se encuentra el paso que conecta por tierra Kabul y Peshawar, famosa zona montañosa de Tora Bora, donde el fallecido líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, se ocultó luego de los atentados del 11-S.

"El bombardeo estaba diseñado para minimizar el riesgo para las fuerzas afganas y estadounidenses que realizan operaciones de sobre el terreno en ese área, al tiempo que se maximiza la destrucción de combatientes e instalaciones del grupo terrorista Jorasán", explicó el Pentágono en un comunicado.

Las fuerzas especiales norteamericanas han realizado operaciones antiterroristas en la zona. En la última, desarrollada el 8 de abril, se dio un enfrentamiento cara a cara entre los estadounidenses y los yihadistas. Un integrante de las fuerzas americanas perdió la vida en el combate.

El Gobierno de los Estados Unidos enviará ahora drones y tomará imágenes de satélite para analizar la zona del impacto y determinar el éxito de la misión, así como su alcance, yabque hasta el momento, los bombardeos norteamericanos habían sido puntualmente contra líderes yihadistas y por operaciones antiterroristas en la región.